POR: SIMÓN DÁVILA SARAVIA
El software libre es un tema del cual no es muy común hablar en Colombia. Esto se debe a que las empresas e instituciones gubernamentales y educativas, prefieren hacer uso del software privativo (Microsoft - Windows o Apple macOs) por su “facilidad”. Ignorando todas las ventajas que el software libre puede brindar, desde el ahorro económico en licencias y actualizaciones, hasta la personalización de las funciones de los computadores según las necesidades de la empresa o la institución.
Desde
que Linus Torvalds, compartió la primera versión de su sistema
operativo (Linux) junto a su código fuente, este software libre se
ha caracterizado, por su estructura de bazar, por la comunidad que se
ha conformado entorno al sistema operativo. Con el tiempo se ha
consolidado equipos y redes de confianza con el único fin, de
optimizar Linux, de adaptarlo a las diferentes necesidades de sus
usuarios. Además, al ser un sistema colaborativo, muchos usuarios
comparten con la comunidad las modificaciones que han realizado y a
su vez implementan las que otros usuarios ya han compartido.
Si
bien, son muchos usuarios que desarrollan los programas para mejorar
Linux, ninguno lo hace por un beneficio económico. Tienen muchas
motivaciones (la satisfacción del deber bien hecho, el querer ayudar
a los demás o el lograr resolver un problema que nadie más ha
podido) pero ninguna es el dinero, para ellos es más importante
crearse una buena reputación. Y en eso le lleva una gran ventaja a
los softwares privativos, ya que las empresas que los desarrollan, lo
primero que buscan es el beneficio económico. Si existe una
actualización o una optimización que se prevé no será rentable
evitan sacarla al público.
A pesar de las ventajas ya mencionadas sobre el software libre, en
Colombia aún no logra consolidarse. En Colombia se prioriza el
software privativo, no porque sea mejor sino porque existe un miedo
al cambio, justificándose en la ignorancia generalizada sobre el
software libre. Es por esto, que es necesario un cambio, empezar a
instruir las bases del funcionamiento, y las ventajas, del software
libre tanto en los colegios como en las universidades, para que así
en un futuro cercano el número de profesionales con un dominio
aceptable y que por convicción prefieran utilizarlo, crezca
exponencialmente.
Para
concluir, considero que, si bien el software privativo es más
“amigable” para muchas personas, esto se debe a que actualmente
es el único que conocen. El software privativo es más “fácil”
de adquirir, viene preinstalado en los diferentes computadores, y el
usuario promedio desconoce la cantidad de restricciones que este
tiene. Desde los colegios los niños se acostumbran a utilizarlo y
pasan toda su etapa de aprendizaje amarrados a este. Por su parte el
software libre se encuentra a la disposición de cualquier persona,
pero la mayoría, a duras penas habrá escuchado hablar de este una o
dos veces en su vida. Por lo que se requiere también de una labor de
socialización, para atraer a personas que se encuentran aburridas de
Windows o macOs pero desconocen que existen más opciones.
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