Por Juan Francisco Hamon Garzon
Muchos consideran que la mejor forma en la que se puede elaborar un
proyecto o un trabajo es mediante el dinero, un intermediario para
poder recompensar a los trabajadores por su esfuerzo y contribución
a una causa. Sin embargo, este recurso no se distribuye de forma
equitativa dentro de todos los empleados, pues entre mejor sea el
cargo en el que se encuentra alguien, mayor será su paga y sus ideas
serán mejor recibidas. Esto genera un cierto orden en base a una
jerarquía, donde solo los de mayor rango son elegidos. Pero ¿y si
no hubiese este orden? ¿habría caos o todos tendrían las mismas
posibilidades? Muchos pensarían que, sin el dinero, todo sería un
caos y que ningún proyecto serio saldría a flote, bueno, el
software libre nos demuestra todo lo contrario.
Uno de los mayores
ejemplos de que, sin dinero se puede llegar a un resultado con buenos
fundamentos y ser completamente funcional, es el sistema operativo
Linux (GNU/Linux). Este sistema, desarrollado principalmente por
Linus Torvalds y Richard Stallman, ofrece su código fuente a todo el
público (contrario a lo que hacen varías empresas como Microsoft)
para que lo utilice y lo modifique conforme a sus necesidades, esto
desde el lanzamiento de su fase “alfa” hasta el día de hoy. Esta
libertad ayudó enormemente al proceso de mejora y desarrollo
continuo, pues los usuarios subían (y siguen subiendo) a la red las
actualizaciones que habían diseñado e implementado al código
fuente para que todo el mundo las pudiera utilizar y/o seguir
mejorando. Torvalds y su equipo seleccionaban las mejores ideas para
continuar con el avance del sistema operativo, llevándolo al estado
y la popularidad que cuenta hoy en día. Gracias a la libertad de
poder modificar el código fuente, se formó una comunidad donde se
perseguía el objetivo de mejorar y solucionar problemas que cada
persona encontrase a lo largo del proceso de codificar alguna
funcionalidad que quisiese implementar, sin la necesidad de recibir
una compensación económica por ello.
Habiendo visto que
este sistema operativo brinda tanta libertad, muchos pensarían que
esa sería su propia debilidad, cualquiera con malas intenciones
podría generar un virus en base a las fallas que encontrase en el
código fuente y publicar dicho malware para que varios usuarios
sufrieran daños en sus equipos. Sin embargo, a parte de la buena
seguridad que ofrece el sistema por si mismo, la propia comunidad es
quien se dedica a solucionar estos problemas y brindar apoyo a
quienes hayan sido victimas de este daño. Lo que genera que la
solución al problema se de en un periodo de tiempo muy corto, cosa
que no pasa cuando el mismo problema se genera en lo que se llama un
software propietario. Esto debido a que, al no tener acceso al código
fuente, las personas solo pueden esperar hasta que la compañía que
les vendió el software tenga información sobre dicha falla y luego
esperar a que se encuentre una solución, lo que suele tardar varios
meses, y ver si deciden distribuirla.
En conclusión, se
puede ver que el dinero no es el único incentivo para poder generar
un buen proyecto o trabajo, sino que las ganas de querer aportar en
algo que, bien uno mismo u otra persona está desarrollando, hace que
los resultados sean tan buenos o incluso mejores de lo esperado.
Además, se puede generar una comunidad de apoyo y respaldo, brindado
libertades para que entre todos se pueda construir mejoras y al mismo
tiempo, defenderse de posibles irregularidades.
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