domingo, 25 de agosto de 2019

El Software libre le da la vuelta a todo

Por Juan Francisco Hamon Garzon

 
Muchos consideran que la mejor forma en la que se puede elaborar un proyecto o un trabajo es mediante el dinero, un intermediario para poder recompensar a los trabajadores por su esfuerzo y contribución a una causa. Sin embargo, este recurso no se distribuye de forma equitativa dentro de todos los empleados, pues entre mejor sea el cargo en el que se encuentra alguien, mayor será su paga y sus ideas serán mejor recibidas. Esto genera un cierto orden en base a una jerarquía, donde solo los de mayor rango son elegidos. Pero ¿y si no hubiese este orden? ¿habría caos o todos tendrían las mismas posibilidades? Muchos pensarían que, sin el dinero, todo sería un caos y que ningún proyecto serio saldría a flote, bueno, el software libre nos demuestra todo lo contrario.

Uno de los mayores ejemplos de que, sin dinero se puede llegar a un resultado con buenos fundamentos y ser completamente funcional, es el sistema operativo Linux (GNU/Linux). Este sistema, desarrollado principalmente por Linus Torvalds y Richard Stallman, ofrece su código fuente a todo el público (contrario a lo que hacen varías empresas como Microsoft) para que lo utilice y lo modifique conforme a sus necesidades, esto desde el lanzamiento de su fase “alfa” hasta el día de hoy. Esta libertad ayudó enormemente al proceso de mejora y desarrollo continuo, pues los usuarios subían (y siguen subiendo) a la red las actualizaciones que habían diseñado e implementado al código fuente para que todo el mundo las pudiera utilizar y/o seguir mejorando. Torvalds y su equipo seleccionaban las mejores ideas para continuar con el avance del sistema operativo, llevándolo al estado y la popularidad que cuenta hoy en día. Gracias a la libertad de poder modificar el código fuente, se formó una comunidad donde se perseguía el objetivo de mejorar y solucionar problemas que cada persona encontrase a lo largo del proceso de codificar alguna funcionalidad que quisiese implementar, sin la necesidad de recibir una compensación económica por ello.

Habiendo visto que este sistema operativo brinda tanta libertad, muchos pensarían que esa sería su propia debilidad, cualquiera con malas intenciones podría generar un virus en base a las fallas que encontrase en el código fuente y publicar dicho malware para que varios usuarios sufrieran daños en sus equipos. Sin embargo, a parte de la buena seguridad que ofrece el sistema por si mismo, la propia comunidad es quien se dedica a solucionar estos problemas y brindar apoyo a quienes hayan sido victimas de este daño. Lo que genera que la solución al problema se de en un periodo de tiempo muy corto, cosa que no pasa cuando el mismo problema se genera en lo que se llama un software propietario. Esto debido a que, al no tener acceso al código fuente, las personas solo pueden esperar hasta que la compañía que les vendió el software tenga información sobre dicha falla y luego esperar a que se encuentre una solución, lo que suele tardar varios meses, y ver si deciden distribuirla.

En conclusión, se puede ver que el dinero no es el único incentivo para poder generar un buen proyecto o trabajo, sino que las ganas de querer aportar en algo que, bien uno mismo u otra persona está desarrollando, hace que los resultados sean tan buenos o incluso mejores de lo esperado. Además, se puede generar una comunidad de apoyo y respaldo, brindado libertades para que entre todos se pueda construir mejoras y al mismo tiempo, defenderse de posibles irregularidades.




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